Pirineos Orientales
Lo que hoy conocemos como Languedoc-Roussillon, es una región magnífica y llena de historia. Geográficamente, los Pirineos orientales constituyen la parte sur de esa región, constituida por los valles de tres ríos: el Agly, el Têt y el Tech, que atraviesan montañas y discurren por la planicie del Roussillon, antes de desembocar en el Mediterráneo.
Esta zona, comprende una región agrícola dedicada principalmente a la arboricultura y una vitivinicultura de distinción gracias a sus vinos dulces, además de frutas y hortalizas.
En las planicies o como colgados de sus montañas, es posible encontrar pequeños y pintorescos pueblitos que el sol estival adormece y que se mantienen vivos durante el invierno que es benigno y para nada largo, prácticamente sin nieve, a excepción de lugares de alta montaña.
La región que fuera anexada y estuviera bajo la hegemonía francesa y la autoridad de su Rey Luis XIII y del Cardenal Richelieu, compensó en alguna medida la deriva de la Cataluña española. Resulta interesante notar que con un pasado tan lleno de cambios, los Pirineos orientales pudieron conservar una magnífica herencia, rica y variada, tanto por sus idiomas, – el catalán y el occitano – así como por su arquitectura, en particular sus versiones románica y barroca. Los monasterios citados a continuación, muchos de ellos escondidos en las montañas, e iglesias en los pequeños pueblos guardan, de hecho, tesoros de ese patrimonio arquitectónico y artístico:
- Abadías de Saint-Michel.de Cuixart y de Saint-Martin-du Canigou, el capítulo de Saint-Paul-de Fenouillet, o el priorato de Sarrabone.
- Las iglesias Ste Marie, en Baixas; St. André à Rivesaltes; St. Julien en Vinca, St. Etienne en Ille-sur-Têt junto a su hospital (Hospice); Ste. Marie en Espira-le.Conflent; St Pierre en Prades; St Just y St Rufine en Prats de Mollo; Ste. Marie d’Arles-sur-Tech, Notre-Dame des Anges en Colliure, Notre-Dame del Pratt en Argelès–sur-Mer).
El arte militar está igualmente representado por las espectaculares fortalezas de Salses y de Villefranche-de-Conflent. Se trata de lugares importantes en la historia de Francia en las que destacan su impresionante escalinata de piedra de 1000 peldaños.
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